Son aquellos bonos que se supone tienen un menor nivel de riesgo de impago y que reciben calificaciones más altas por parte de las agencias de calificación crediticia, es decir los bonos clasificados como Baa (por Moody's) o BBB (por S&P y Fitch) o más. Estos bonos tienden a emitirse a niveles de rendimiento más bajos que aquellos bonos menos solventes.